Toni Tió: doctor honoris causa por la Universitat Politècnica de Catalunya

Toni Tió ha sido investido doctor honoris causa por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) por su trabajo innovador en la concepción de nuevos sistemas de velas, diseñadas con nuevos materiales, y por su compromiso con la sostenibilidad y su contribución a la modernización y evolución de la industria náutica.

Autor: Kiku Cusí

Toni Tió
Toni Tió durante su lección magistral, tras ser investido doctor honoris causa por la UPC.

El decano de la Facultad de Náutica de la UPC, Agustí Martí, que actuó como padrino del nuevo doctor, puso de relieve el valor de Tió como “figura relevante del diseño de velas a escala internacional”, y lo comparó con los míticos Nathanael Herreshoff, Lowell North, Dan Neri y Hasso Plattner.

Tió respondió con una verdadera clase magistral en la que repasó su vida profesional. Aprendió el oficio de maître voilier en La Rochelle, donde pronto aplicó sus conocimientos de estudiante de ingeniería a la fabricación de velas, especialmente de spis, y sistematizó las curvas que daban forma a la vela. “Con una pequeña HP96 creé un programa que me permitía reproducir sistemáticamente esta curva para cualquier medida de barco”.

La UPC reconoce al velero por su trabajo innovador y su compromiso con la evolución de la industria náutica.

Con aquella misma HP96 creó otro programa que le permitía optimizar el plano vélico para un rating determinado, decidiendo la relación entre mayor, foque y spi. “En una hora podía visualizar diferentes planos vélicos, mientras que sin esa potencia de cálculo, se necesitaba casi una semana para visualizar un solo plano vélico”.

North Sails pronto fichó a aquel joven, que quería investigar en Estados Unidos las velas de la Copa América. Pero la insistencia de la compañía norteamericana en convertirlo en director de producción en Alemania lo hizo volver a casa, donde se convirtió en empresario. Sus velas de competición pronto gana- ron campeonatos europeos y del mundo, y también medallas olímpicas.

Pero en 1989 North patentó la vela de molde. “Fue una revolución, como en su día lo fue la máquina de vapor, que mató el artesanado e hizo nacer la sociedad industrial”.

El flamante doctor con sus nuevos compañeros de la UPC.

Tió pensó que aquello significaba el fin de su empresa y acudió al Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería (CINME), de la UPC, que le ayudó a definir cómo debía ser una membrana-vela para un viento determinado. “El problema era cómo fabricar esta vela sin invadir la patente 3DL de North”. En esto contó con la colaboración de la Universidad de Maryland, que descubrió un agujero legal en la patente. Así nacieron las velas de Fusion, “la respuesta a las velas de molde”.

El éxito de sus velas de Fusion, sin embargo, supuso tal crecimiento de su empresa que acabó con el espíritu de Velas Tió.

“Cuando un sueño se acaba, hay que buscar otro. No quería, ni podía, dejar el mundo del mar”. Con el Barcelona Cluster Nautic creó un nuevo modelo “en torno a dos ejes: Barcelona destino de grandes esloras y el uso es más importante que la propiedad, sin olvidar la sostenibilidad social y medioambiental, lo que hoy llamamos economía azul.”

Gracias a esta apuesta, “el sector náutico, pequeño, atomizado y con una imagen de elitismo, se tiene que convertir, y se está convirtiendo, en un sector económico potente, con valor añadido y salarios de cualidad. El Barcelona ClusterNautic está contribuyendo a llevar a Barcelona el espíritu de la economía azul, sostenible social y medioambientalmente.”

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