
Océanos y mares, epicentro del calentamiento global
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Los océanos y mares desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima global. Absorben más del 90 % del exceso de calor causado por los gases de efecto invernadero acumulados en la atmósfera, funcionando como un gigantesco amortiguador térmico. Sin esta función natural, las temperaturas en la superficie terrestre serían mucho más extremas.
Autor: Enric Agud

Sin embargo, este escudo tiene límites, y los signos de agotamiento ya están a la vista: el aumento de la temperatura del agua, la acidificación, la contaminación química, la invasión de plásticos, la pérdida de biodiversidad y fenómenos meteorológicos cada vez más extremos nos recuerdan la urgencia de proteger el océano.
El aumento de la temperatura del mar y del nivel del mar está contribuyendo a fenómenos como la erosión del litoral y la pérdida progresiva de playas, una realidad alarmante visible en nuestras costas. Un buen ejemplo de ello son los siguientes casos reales y documentados:
Montgat, Barcelona: En menos de una década, este municipio ha perdido casi todas sus playas. Can Tano, Toldos y Montsolís han desaparecido por completo, y la playa de Les Barques ha perdido más del 70 % de su arena, lo que ha impactado de lleno en su economía turística y su uso social.

Costa Valenciana: El 70 % del litoral sufre regresión, especialmente en Sagunto, Almenara, Canet d’en Berenguer y Burriana, donde se han perdido más de 100 metros de playa en algunos tramos.
Costa del Sol, Málaga: Entre 1957 y 2023, zonas como Guadalmar, Arraijanal y Torre del Mar han retrocedido entre 20 y 45 metros, con ritmos de hasta 7,3 metros por año en algunos casos.
Delta del Ebro, Tarragona: La disminución de sedimentos, la subida del mar y los temporales están causando una regresión generalizada de su litoral, uno de los ecosistemas más afectados del Mediterráneo.
Puntal de Somo, Cantabria: Un estudio del Instituto de Hidráulica advierte que, para 2050, el Puntal podría fragmentarse y convertirse en isla, debido a la erosión acelerada. A esto se suma la intensificación de los temporales marinos, que hacen que las infraestructuras costeras sean cada vez más vulnerables, con daños económicos y sociales en aumento.

Este conjunto de impactos fue analizado recientemente en el Foro Internacional de Meteorología y Clima, celebrado en Niza en el marco de la Conferencia de los Océanos de las Naciones Unidas. Durante el encuentro, expertos en climatología, oceanografía y políticas ambientales coincidieron en la urgencia de actuar con decisión: es imprescindible proteger los océanos, fortalecer las estrategias de adaptación al cambio climático y reducir de forma inmediata y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero.
El aumento del nivel del mar es una de las consecuencias más claras —y preocupantes— del cambio climático. Y aunque es un proceso complejo, hay dos grandes causas principales que lo explican:
- 1. El deshielo de glaciares y capas de hielo
El calentamiento global está acelerando el derretimiento de enormes masas de hielo terrestre, especialmente en Groenlandia y la Antártida. Cuando este hielo se derrite, se convierte en agua que acaba fluyendo hacia los océanos, elevando su nivel.
Este fenómeno ya se puede medir: cada año, millones de toneladas de hielo se pierden, contribuyendo de forma directa al crecimiento del nivel del mar.
- 2. La expansión térmica del agua
Además del deshielo, hay otro proceso menos visible pero igualmente importante: la expansión térmica. A medida que la temperatura del océano aumenta, el agua se dilata. Es un principio físico básico: el agua caliente ocupa más espacio que el agua fría.
Este fenómeno hace que, incluso sin sumar agua extra, el nivel del mar suba simplemente porque el volumen del agua oceánica se expande.

El foro reunió a una cincuentena de presentadores del tiempo procedentes de medios de comunicación de América, Europa, África y Asia, en un esfuerzo conjunto por sensibilizar a la ciudadanía sobre el vínculo directo entre el cambio climático y la salud de los océanos.
Tuve el privilegio de participar en este encuentro, que subrayó la importancia del papel comunicador en la divulgación científica y en la creación de conciencia colectiva frente a la crisis climática.


El Forum International de la Météo et du Climat (forumeteoclimat.com) ha cumplido en 2025 su vigesimosegunda edición, consolidado desde 2004 como un contexto global de educación y movilización climática.
Este foro, organizado por la asociación Météo et Climat (presidida por el climatólogo Jean Jouzel) y la compañía IW2C, reúne a un público muy diverso —desde científicos, presentadores del tiempo y periodistas, hasta ONG, empresas, autoridades locales y ciudadanos— con el objetivo de intercambiar conocimiento científico, sensibilizar sobre el clima y exponer soluciones innovadoras.
El incremento del nivel del mar ya no es una predicción futura: es una realidad que avanza de forma acelerada y que amenaza con transformar profundamente nuestras costas y ecosistemas. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), actualmente el nivel del mar sube a un ritmo medio de 4,7 milímetros por año, una cifra que puede parecer pequeña… pero no lo es.
¿Por qué es preocupante este aumento? Porque el ritmo se ha duplicado en apenas tres décadas. Entre 1993 y 2002, el incremento anual era de solo 2,13 mm. Hoy estamos en más del doble. Este crecimiento acelerado refleja con claridad los efectos del cambio climático sobre los océanos, especialmente por el deshielo de los polos y el calentamiento global del agua.
El aumento del nivel del mar tiene consecuencias visibles y crecientes. De hecho, el aumento del nivel del mar tiene un impacto directo sobre:
- La erosión de las playas, cada vez más evidente en zonas del Mediterráneo.
- La pérdida de ecosistemas costeros, como humedales y manglares.
- La inundación de áreas litorales, muchas de ellas con infraestructuras críticas: puertos, carreteras, hoteles o zonas residenciales.
Además, estos efectos no solo son ambientales, sino también económicos y sociales: afectan al turismo, a la pesca, a la movilidad y a la seguridad de miles de comunidades.

LAS OLAS de calor marinas se están convirtiendo en un fenómeno cada vez más habitual —y alarmante— en el contexto del cambio climático. Se definen como períodos de al menos cinco días en los que la temperatura de la superficie del mar se mantiene muy por encima de los valores normales para la época del año, superando incluso los niveles más extremos de los registros históricos.
El mar Mediterráneo es especialmente sensible a este tipo de fenómenos por varias razones:
· Es un mar semicerrado, con poca renovación de aguas profundas.
· Tiene una conexión limitada con el océano Atlántico, lo que dificulta la circulación y el enfriamiento de sus aguas.
· Las altas temperaturas estivales contribuyen a que su agua se caliente más rápidamente que en otros mares u océanos del planeta.
Por todo ello, el Mediterráneo actúa como un laboratorio climático donde se observan con claridad los efectos del calentamiento global sobre el océano.
Previsión de ola de calor marina para la semana del 5 de julio (Mercator- Copernicus).

Las olas de calor marinas no son un fenómeno del futuro. Ya están ocurriendo, y están poniendo en riesgo la biodiversidad marina y las economías costeras. Las anomalías de temperatura del agua del mar de este verano son alarmantes.
Las olas de calor marinas no son solo una tendencia global: ya están afectando de forma directa al Mediterráneo. Un ejemplo muy claro se vivió el pasado verano de 2024 en las Islas Baleares y la costa catalana.
La boya oceanográfica situada cerca de la isla de la Dragonera (Mallorca) registró una temperatura récord de 31,87 °C.
Un valor excepcional que confirma lo que los científicos ya vienen alertando: las olas de calor marinas son cada vez más intensas y frecuentes en nuestra región.
Este verano 2025 ha empezado peor. De hecho, el pasado mes de junio ha sido de récord, superando los de 2023 y 2024. La temperatura del agua está unos 3-5 °C por encima de la media climática, lo que confirma que estamos de nuevo en una ola de calor marina, y podría ser de récord.
El 6 de julio, la boya de la Dragonera (https://portus. puertos.es) registró 30,45 °C, luego corrigió hasta los 28 °C cuando la ola de calor del aire se retiró.
Las olas de calor marinas son cada vez más habituales y el Mediterráneo es especialmente sensible a este tipo de fenómenos.
Estudios recientes muestran que, desde los años 1980, estos episodios se han multiplicado en duración, intensidad y extensión geográfica. Y si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, esta tendencia solo irá a peor.
España cuenta con más de 3.500 playas, pero las que más están sintiendo los efectos del aumento de las temperaturas en los últimos años se encuentran en la Región de Murcia, especialmente en el mar Menor, una de las zonas más sensibles al cambio climático.





La playa de Las Palmeras, en Los Alcázares, se ha convertido en el punto del litoral mediterráneo que más ha sentido el calentamiento del agua en las últimas cuatro décadas. En 1986, la temperatura media del mar en esta zona era de 24 °C, pero el pasado verano ya alcanzó los 26,6 °C. El récord se registró en 2023, cuando la media superó los 27 °C.
Los siguientes mapas de calor, elaborados a partir de los datos del Servicio Marítimo de Copernicus (https:// marine.copernicus.eu) (1986–2024 y hasta julio de 2025), muestran cómo ha evolucionado la temperatura del mar en distintas playas del litoral español. La información está organizada por regiones y forma parte de una serie de gráficos publicados por Meteoclimática, el nuevo proyecto del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales).
El litoral metropolitano de Barcelona es otro ejemplo claro de los efectos del cambio climático sobre nuestras costas. Según un informe reciente del Área Metropolitana de Barcelona (AMB):
- El nivel del mar ha subido 14 cm en solo 25 años.
- Las olas son más altas y más frecuentes, sobre todo durante temporales.
Lo que ocurre en el mar ya no está lejos: está pasando justo aquí. Y es hora de actuar. Ante esto, es lógico preguntarse qué se está haciendo para proteger el litoral. Frente a los efectos cada vez más visibles del cambio climático en el litoral, AMB ha empezado a desarrollar estrategias de adaptación para proteger las playas y las infraestructuras costeras. Entre las acciones que se han puesto en marcha destacan:
- La restauración de dunas naturales, que actúan como barreras protectoras frente a la erosión y las tormentas.
- La plantación de vegetación costera, que ayuda a fijar la arena y frenar el retroceso de las playas.
- La planificación de una gestión integral del litoral, que tenga en cuenta tanto la protección ambiental como el uso público y turístico.
- La adaptación de infraestructuras urbanas para que sean más resilientes ante los temporales marinos.

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