‘Un rival impredecible’, de las pistas de tenis a una vuelta al mundo

Carlos Cuadrado relata dos historias paralelas: cómo un deportista profesional herido se redescubre como navegante oceánico.

Autor: Kiku Cusí

Carlos Cuadrado

De las pistas de tenis a la soledad del océano, las tormentas, las calmas y las historias ancestrales de los habitantes de islas remotas. Un rival impredecible es el relato de dos historias paralelas, escritas a modo de un diario muy íntimo, desde el sueño de ser un tenista de primer nivel a una vuelta al mundo sin prisas, con algunas pausas y averías, diversos temporales y mucho contacto humano. Carlos Cuadrado explica cómo tuvo que reinventarse a sí mismo cuando su sueño de convertirse en un jugador de tenis de primer nivel se convirtió en un calvario de lesiones y operaciones, tras besar la gloria a los 18 años al ganar el Roland Garros júnior casi sin oposición y lo tenía todo para convertirse en una estrella mundial de este deporte.

Pasado un tiempo y durante cinco años y más de 30.000 millas, Cuadrado cruzó casi todos los océanos del mundo, adaptando su ruta a unas circunstancias imprevistas cuando la pandemia del Covid cerró muchos puertos, islas y casi continentes enteros.

Al final, su única forma de regresar a Australia, donde reside, fue lanzarse a una larga travesía en solitario desde Bora Bora, en la Polinesia francesa, la mitad de todo el Pacífico de una tajada.

“El océano me enseñó muchas cosas. Me mostró la paciencia, la humildad ante la inmensidad, la belleza del silencio y la importancia de encontrar un propósito. Me obligó a enfrentarme a mis miedos, mis dudas y mis demonios. Me enseñó a estar solo sin sentirme solo, a aceptar la incertidumbre como parte del viaje y a entender que la única manera de seguir avanzando es aceptar los giros del destino como un navegante acepta los caprichos del viento, ajustando el rumbo y reinventándose con cada tormenta.

Pero también me sanó. Me devolvió la paz que creí haber perdido cuando el tenis dejó cicatrices demasiado profundas.”

Y explica: “En cada momento de peligro y asombro, en cada desafío y maravilla descubrí una parte de mí que desconocía. Cada rostro humano que encontré, cada sonrisa compartida, cada gesto de hospitalidad resonará en mi memoria para siempre”.

Un rival impredecible es un libro distinto. Hay navegación, perseverancia, intimismo, descubrimiento. Y, como dice Rafa Nadal en la contraportada, “es un apasionante relato de aventuras y reinvención, donde Carlos aprendió a aplicar los valores forjados en las pistas de tenis para superar los desafíos que le aguardaban en los mares del mundo”.

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